El Mundo
Biocombustibles: lo que hay que saber
Héctor Huergo
Los biocombustibles son el eje de la gira de Bush y tema
central de la visita a Brasil. Aquí, todas las respuestas a las dudas sobre esta
nueva energía.
Son combustibles que pueden sustituir total o parcialmente a las naftas o el gasoil. Los más conocidos son el etanol y el biodiésel. El primero va en lugar de las naftas, el biodiésel en lugar del gasoil. No se requieren modificaciones de los motores.
Son renovables, a diferencia de los derivados del petróleo. Además, la quema de hidrocarburos explica el calentamiento global, por las emisiones de dióxido de carbono (CO2), fruto de la combustión de los derivados del petróleo.
Son menos contaminantes. El alcohol o el biodiésel que se quema en un motor viene de una planta que previamente había absorbido CO2 del aire. Por eso se considera que las emisiones de los biocombustibles son despreciables en comparación con las del petróleo.
La fuente más conocida para hacer etanol (alcohol) es la caña de azúcar, que se utilizó en la Argentina en los años 70. Es utilizada en Brasil, donde toda la nafta está mezclada con etanol e incluso hay autos que marchan sólo con este alcohol. En los EE.UU., en cambio, se utiliza etanol de maíz. Para el biodiésel se puede emplear cualquier aceite vegetal: soja, girasol, colza o palma.
Los biocombustibles no son más baratos que los derivados del petróleo. Es porque la materia prima de estos no debe ser producida pero sí la de los biocombustibles.
El fomento de los biocombustibles en el mundo derivó en una gran demanda de granos, sobre todo de maíz, lo que provocó el aumento de su precio. Esto permitió una mayor siembra y un mayor uso de tecnología, con lo que mejoraron los rendimientos. Se obtuvo así una gran cosecha, que con los buenos precios actuales produjo un aumento de los ingresos por exportaciones de más de US$ 1.500 millones. Argentina es el segundo exportador mundial de maíz, pero embarca exclusivamente maíz como grano. Ahora se suma la posibilidad de agregarle valor, convirtiéndolo en etanol para el mercado mundial. En el caso de los aceites, también se exportan crudos, pero ahora se abre la posibilidad de convertirlos en biodiésel.
EE.UU. busca sustituir la importación de petróleo. E impulsar su propio programa de etanol y biodiésel, con fuertes incentivos internos, pero necesitará importar biocombustibles. Brasil tiene un gran desarrollo y está listo para expandir fuertemente su producción. Otros países sudamericanos y caribeños pueden también aportar tanto biodiésel como bioetanol.